Tras vivir muy de cerca los vertiginosos cambios que se han registrado en China en los últimos 40 años, el exempresario español Marcelo Muñoz reconoce el gran potencial del país y la necesidad de que España y el mundo entero trabajen y cooperen con China para crear un mejor futuro para el mundo.
“Llevo 45 años trabajando con China. Creé la primera empresa española en China. Así presumo. Hoy soy el único español que ha vivido desde dentro de China toda la transformación de este país en los últimos 45 años. Llegué en 1978. He estado yendo a China cada tres o cuatro meses durante muchos años. Hay que tener en cuenta que en España salíamos de la dictadura franquista. No había empresa española grande. La economía española estaba hecha polvo. Precisamente en ese momento, desde España, un grupo de colegas nos pensamos que había que abrirse a la exportación. Y descubrimos a Deng Xiaoping con sus frases sobre la apertura y la reforma. Lo estudiamos en junio del 78, creamos una empresa, y en octubre estábamos en China, en la Feria bianual de Importaciones y Exportaciones de Guangzhou, negociando y hablando con interlocutores chinos. He viajado más de 100 veces a China y he visitado más de 100 ciudades y multitud de aldeas, pues casi día a día ver cómo China iba cambiando de aquella China a la que llegué en 1978, que era una de las potencias 120 del mundo, a lo que es hoy, la segunda potencia del mundo, y pasado mañana la primera”, dijo Marcelo Muñoz.
“Cuando me paré en el mundo de los negocios, dejé de actuar hace unos diez años como empresario, entre otras cosas porque me obligó a ello un cáncer, pensé, bueno, todo lo que he descubierto en China, que me parece riquísimo, tengo obligación de transmitirlo. Y entonces me uní con varios colegas que tenían esa misma experiencia que habían vivido la realidad de China, la transformación de China, y con ellos creé un modesto fin que llamamos Cátedra China, donde están estos 100 expertos multidisciplinarios, porque hay de todo, abogados, diplomáticos, empresarios, filósofos, todo tipo de especialidades, están en esta Cátedra China. Y de eso sí me siento orgulloso, porque Cátedra China está siendo un puente real entre el mundo occidental y China. Occidente no acepta que China es una gran potencia. No aceptan a China como interlocutor para solucionar los problemas del mundo, por ejemplo, el medio ambiente, el cambio climático. China es el país que invierte en medidas contra el cambio climático más que Europa y Estados Unidos juntos, y no se le admite como interlocutor para solucionar y frenar el cambio climático. El tópico de que Beijing está contaminado, de la gran contaminación de China, sin hurgar en lo que se está haciendo en China, que es la primera potencia en todas las energías alternativas, en todas. Si escojo algún dato de mi aprendizaje, lo pondría en esta palabra: el diálogo. La filosofía confuciana china es la filosofía que lleva o pretende llegar a la armonía, a través del diálogo, del entendimiento entre distintos. El problema que tenemos los occidentales cuando llegamos a China es que queremos dialogar sobre la base de que acepten nuestro sistema, de que acepten nuestras ideas. Si no aceptan nuestra democracia liberal, china es condenable. Así no se avanza en el mundo. El diálogo es entre diferentes y hay que salvar con el diálogo las diferencias o aproximarse lo más posible. Esa capacidad de diálogo, quizá, o esa actitud de diálogo, quizá es, destacando entre lo que he aprendido en China, es el dato más destacable”, indicó el español.
“Yo estoy intentando que el cincuentenario de las relaciones diplomáticas de España y China se convierta en un programa de actividad hacia el futuro. La exportación española a China ha decrecido porcentualmente. No está en la nueva Ruta de la Seda. No acepta estar en esas terminales de la Gran Vía de Comunicación. Entonces estoy proponiendo unámonos al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda. Fomentemos la exportación y somos una potencia turística, ¿por qué no atraemos tres o cuatro millones de turistas chinos a España? Yo marco el cincuentenario, me fijo en objetivos que podemos alcanzar con relativa facilidad. Únicamente que nos metemos en la cabeza que China es un mercado que necesitamos. Si el crecimiento del mundo en un 30 % en los últimos 10-15 años se debe a China, nos hemos beneficiado todos. Como somos tontos, si no nos encargamos, nos ocupamos de ese puente con China para aumentar el intercambio, para aumentar el conocimiento y el apoyo y la cooperación, no pensando en la confrontación, sino pensando en el diálogo y la cooperación. Personalmente, para mí China ha sido una escuela que me ha ayudado a vivir el futuro. A mi edad, sólo tengo 88 años, de los que presumo, en vez de ocultarlos, presumo de mi edad. A mi edad, normalmente se está rememorando el pasado, contando las historias de los abuelos. No me interesa porque China me obliga a vivir el futuro día a día y eso me ha obligado a no ser viejo, sino mentalidad de joven, abierto a las novedades que vienen todos los días y que he ido descubriendo viaje a viaje”, agregó Muñoz.