Exembajador Español en China Reflexiona Sobre el Desarrollo y la Transformación del País

Con motivo de la celebración del 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y España, el exembajador español, Eugenio Bregolat, compartió con CGTN sus experiencias de vida en China, y sus reflexiones sobre las transformaciones ocurridas en el país durante los últimos años.

Eugenio Bregolat, nació en la ciudad de La Seu de Urgell hace 80 años. Y pasó 12 años de su vida en China.

“He tenido el increíble privilegio de ser embajador de España en China en tres oportunidades. Pero, en realidad, no fui tres veces embajador en el mismo país, porque China, en esas tres oportunidades, era tres países diferentes. Así de enorme e increíble fue la transformación de China a lo largo de estas décadas”, dijo Eugenio Bregolat.

El exembajador cree que una de las cosas de vivir en China, Indonesia o en cualquiera de aquellos lugares lejanos es darle cuenta de que su cultura es inevitablemente eurocéntrica. Se tiene a mirar el mundo con su lente y con sus propios ojos porque solo tiene sus propios ojos. Inevitablemente se cae en prejuicios y hay muchas cosas que entiende mal.

“Después de vivir tantos años en países distantes, te das cuenta de que ellos tienen visiones diferentes sobre la vida, la política y la sociedad. China, como todos sabemos, es tan y más antigua que Roma. Y es como si Roma todavía existiera hoy. Visitar su casa e intentar decirles cómo deben comportarse es un poco rudo”, dijo el exembajador.

Él cree que todavía no se ha dicho la última palabra sobre la democracia en China. Hay que considerar la perspectiva china. Dicen que la democracia es el mejor sistema político del mundo. Pero existen otras interpretaciones aparte de la interpretación occidental de la democracia.

En los últimos años, con el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas, más personas pudieron viajar. En el año antes de la pandemia había alrededor de 900.000 ciudadanos chinos en España. Eugenio Bregolat pienso que se debe intentar, políticamente hablando, que España y Europa mantengan un vínculo cercano con China. Eso es lo que espera Europa, y cree que es lo correcto. Es necesario mantener las puertas y las ventanas abiertas. Si no construye puentes, se caerá al agua.

“Estoy extremadamente feliz de haber tenido la oportunidad de ver el mundo cambiar ante mis ojos en China”, dijo el exembajador español en China.